Recientemente, hemos podido ver las caídas más pronunciadas de los mercados financieros en lo que va de año. ¿Qué está pasando en los Mercados en agosto? ¿Debemos preocuparnos? Analicemos los principales catalizadores de este comportamiento.
Durante este año 2024, hemos experimentado un mercado claramente alcista, con una baja volatilidad y un claro incremento de las posiciones tanto en Renta Variable como en Renta Fija a corto y medio plazo. Esta tendencia alcista precedida de un excelente comportamiento de los mercados en 2023, hace que la corrección de mercado actual entre dentro de la normalidad de las dinámicas de los mercados financieros. El siguiente gráfico muestra la variación diaria de los mercados e ilustra como, antes de las últimas jornadas, la volatilidad diaria en 2024 estaba contenida en un rango más estrecho de lo habitual de tan solo un ±2%. Así pues, jornadas con subida o bajadas superiores al 2% eran estadísticamente cuestión de tiempo y forman parte de la normalidad de los mercados.
Ahora que hemos visto que no nos encontramos frente a un comportamiento anómalo o exagerado de los mercados, entendamos cuáles han sido los factores que han propiciado la corrección actual. En este caso, los principales catalizadores han sido: las tensiones geopolíticas, la desaceleración de la economía americana y la subida de tipos de interés en Japón.
1. Tensiones geopolíticas:
Además de las tensiones derivadas de las guerra en Ucrania y Gaza, durante los últimos días, hemos visto como Irán ha anunciado represalias contra Israel por sus últimas acciones militares. Esto supondría una nueva escalada de la inestabilidad geopolítica en la región y un claro incremento de las tensiones entre los dos frentes. Además, la estampa no mejora teniendo en cuenta que Rusia se ha posicionado claramente del lado de Teherán y pretende darle apoyo mientras que Israel tiene el apoyo incondicional de Estados Unidos. Los dos frentes deben medir muy bien sus actos para evitar que las tensiones geopolíticas se extiendan a nivel global.
Esta inestabilidad geopolítica se transfiere con fuerza a los mercados financieros incrementando su volatilidad en el corto plazo.
2. La desaceleración de la economía americana:
Los recientes datos macroeconómicos en EEUU y los resultados empresariales que hemos visto en las últimas dos semanas, dejan entrever una desaceleración en consumo, aumento del desempleo y, en consecuencia, un posible decrecimiento de la economía americana y de los resultados empresariales a corto plazo. No se trata de datos alarmantes pero sí valores por debajo de las expectativas que rompen el optimismo general que ha habido en el mercado durante todo el 2024 provocando una reevaluación a la baja de las cotizaciones de las principales bolsas mundiales y, en especial, de la americana.
El lado positivo de este escenario es que finalmente la Reserva Federal (FED) tiene argumentos de peso para empezar a bajar tipos de interés de forma más agresiva para estimular la economía y el crecimiento empresarial. En las próximas semanas veremos cómo la FED adapta la política de tipos en EE.UU. a la nueva realidad macroeconómica. La probabilidad de que se produzcan bajadas significativamente más importantes de lo previsto, genera una cierta inquietud por si se llega tarde a las bajadas de tipos y la desaceleración finalmente fuera mayor de la esperada.
3. Subida de tipos de Interés en Japón:
Durante los últimos 15 años, el Banco Central Japonés ha mantenido los tipos de interés a un 0,10%. Esto, ha llevado que diferentes inversores tanto nacionales como internacionales, hayan visto en el mercado Japonés una fuente de financiación muy asequible mientras que en otros mercados la misma era mucho más cara. Este exceso de financiación se traducía en que los agentes de mercado tomaban dinero prestado del mercado japonés, para invertirlo en otros mercados como el estadounidense. En consecuencia, el Yen cada vez iba perdiendo más valor y la inflación dentro del país se iba disparando. Además, teniendo en cuenta la gran dependencia de Japón del petróleo (una materia prima exterior), un Yen más débil implica un incremento en el coste de adquisición del mismo y, por lo tanto, del coste de la energía haciendo que la espiral inflacionaria se agudice cada vez más.
Con el fin de frenar tanto la depreciación del Yen como la inflación que estaba viviendo el país, el Banco Central Japonés ha decidido tomar medidas y anunciar una subida del 0,15% de los tipos de interés, situándolos en un 0,25%. Estas subidas de tipos hace que el Carry Trade sea una jugada más arriesgada para los inversores ya que la financiación en Yenes que se había adquirido es ahora más costosa por unos tipos de interés más elevados pero también porqué hay que devolverla en una divisa (el Yen) que empieza a apreciarse. Así pues, la rentabilidad de las inversiones financiadas con Yenes resulta ahora mucho menos atractiva y esto provoca una liquidación masiva de activos para hacer frente al apalancamiento existente. Recordemos que se estaba adquiriendo deuda barata en Yenes para realizar inversiones en otros mercados más rentables o con mayores tipos de interés, como por ejemplo el mercado estadounidense o el europeo, con lo que la venta de activo impacta de forma directa a esos mercados y provoca una corrección en los mismos y una volatilidad desmesurada en alguna jornada.
Con estos tres focos de inestabilidad, hemos visto cómo el índice de volatilidad más usado en EEUU (el VIX) se ha disparado. Estos repuntes indican inestabilidad y nerviosismo en los Mercados Financieros en el corto plazo y acostumbran a ir de la mano con correcciones en las cotizaciones. En el siguiente gráfico vemos como cada vez que este índice se dispara, el mercado responde con correcciones más o menos severas. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por el cortoplacismo y la volatilidad diaria de los mercados, ya que, como bien nos ha demostrado el tiempo, las grandes correcciones suelen venir acompañadas de rebotes o de ciclos alcistas con rentabilidades también importantes. Citando al mejor inversor de todos los tiempos, Benjamin Graham, “Mister Market es un esquizofrénico en el corto plazo, pero recupera su cordura en el Largo Plazo”. Es decir, los movimiento de volatilidad de mercado como el que estamos viviendo presentan oportunidades de compra que pueden generar retornos superiores a aquellos esperables invirtiendo en un momento alcista de mercado con algunos sectores probablemente sobrevalorados. A modo de ejemplo, en la siguiente tabla podemos observar el excelente comportamiento del mercado americano (índice S&P500) después de repuntes en el índice de volatilidad (VIX) premiando claramente a los inversores con una mentalidad a largo plazo.
En conclusión, a pesar de los vectores de inestabilidad comentados en este artículo (las tensiones geopolíticas, la desaceleración de la economía americana y la subida de tipos de interés en Japón) que han causado las correcciones actuales y que, probablemente sigan aportando volatilidad a los mercados durante los próximos meses, las perspectivas macroeconómicas a largo plazo no son preocupantes ni justifican una desinversión o una reestructuración de las carteras. Como hemos visto, estamos viviendo dinámicas normales de mercado que en algunos casos podemos incluso aprovechar a nuestro favor. Recuerda, tú decides donde poner el foco: